(Anécdota de Bettie) Tal día como hoy...

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... hace "taitantos" años, justo a esta hora (las 5 de la madrugada) acababa el sufrimiento de una pobre mujer que se había tirado 4 díitas de parto. Sí, hablo de mi madre. Y es que hay que comprenderlo: un cabezón como el mío, no es fácil de sacar... :S

 Y me gustaría contarles la linda historia de las primeras palabras que dijo mi madre después de mi nacimiento. No fue "qué descanso, no quiero volver a verla", que habría sido comprensible, porque, aún sin ser mi culpa, no me perdonaré eso de haberla tenido CUATRO DÍAS, que se dice pronto, en el hospital y con dolores. Fue algo más gracioso, y que me encanta contar. Como a ustedes no se lo he contado, y estamos en la época perfecta para esta anécdota, allá que voy.


Soy la primera hija de mis padres, por lo tanto, ambos eran primerizos. Mi madre había tenido un embarazo "problemático", pues a finales del primer trimestre de embarazo tuvo un manchado bastante fuerte que, por suerte, no tuvo la consecuencia de hacerme no-aparecer en el mapa, pero sí postró a mi madre en un reposo prácticamente absoluto hasta casi el final del embarazo. Consecuencias de esto: dos. La primera, que mis padres estaban "acojonaítos" con que pudiese pasarnos cualquier cosa a mí, o a mi madre. La segunda, que como mi madre apenas se movió durante el embarazo, yo estaba muy cómoda encajonadita, y por eso me costó salir - y creo que por eso salí tan vaga.

Pues bien, una linda mañana de 7 de Enero, a mi madre se le empezo a revolver todo, y no era por el roscón del día anterior: empezó a sentir contracciones de parto.  Se lo dijo, asustadísima a mi padre, y éste, primerizo también, la metió en la furgoneta y salió para el hospital de Albacete echando leches. Cuando estaban llegando, mi madre, que se encontraba mejor, tuvo una feliz ocurrencia:

- Blas...Podías llevarme a mirar escaparates, que hoy empiezan las rebajas.

Mi padre poco más y sufre un colapso nervioso. ¿Qué estaba diciendo la loca de su mujer? Le echó una bronca del quince, le dijo que si estaba loca, y se  fue derechito al hospital, un poco asustado, y un poco impaciente por tener en sus brazos al niño que yo iba a ser, pero que nunca fuí. (Sí, niñas, iba a ser un niño, o eso decían los médicos hasta la última ecografía :P)

Total, que llegan e ingresan a mi madre, porque, efectivamente, constatan que está de parto. Empieza a dilatar, etcétera etcétera, pero nada, yo no me decido a salir. Y así, hasta el día 10 de enero en el que a mi madre le dicen que al día siguiente, a primera hora de la mañana, le provocarán el parto. Se ve que yo me asusté, y a las 12 de la noche, aproximadamente, mi madre se puso de parto-parto: siempre he sido un animal nocturno. Total, que a las 5 de la madrugada, había una pequeña Bettie bambando por el mundo, una gordita de algo más de 4kg, sonrosada y preciosa, que dice siempre mi padre.

Y aquí vienen las primeras palabras de mi madre. Cuando la pobre mujer recupera el resuello después del esfuerzo, y consigue articular unas palabras, lo primero que dice es:

"¿Ves cómo me había dado tiempo de ir a las rebajas?"

Espero que ahora os estéis riendo tanto como yo al contarlo, y que hayáis disfrutado de mi primera anécdota. 

En cuanto a lo de los años, por si alguien lo pregunta, hoy dejo atrás los dos patitos: cumplo 23.

¡Un abrazo, y mil besos cumpleañeros!

Curiosidad: Este año cumplo años el 11 del 01 del 2011 =O jaja